EL GRAN INQUISIDOR
Desde
el inicio de la humanidad Adán y Eva en vez de elegir la seguridad de quedarse
en el Jardín edénico donde existía la paz,
optaron por abandonarlo en la
búsqueda de la libertad. Eso supuso un pecado según el punto de vista religioso
ya que la iglesia representa la autoridad. El abandono fue considerado como un
pecado pero desde el punto de vista del hombre esto supuso el inicio de la
libertad humana.
A partir de este momento el individuo se
convirtió en el dueño de su destino donde la elección le puede conducir al
éxito o al fracaso. Pero esta libertad que anhelaba el individuo esta ligada a
la naturaleza donde vivía, el hombre seguía ligado a los elementos de la
naturaleza y lo más importante a las personas que se encontraban junto a el. El
hombre se quedó unido a estos vínculos que le impedían la realización de su
libertad, ya que la participación con los demás (sea de carácter religioso o
social) era determinante para su elección de preferir estar unido al grupo en
detrimento de su libertad.
En
“El Gran Inquisidor”, la idea de la libertad y de los milagros que ofrecía el
recién llegado que se identificaba como Jesús no eran suficientes para el
hombre. La iglesia se encontraba en un momento clave debido a la aparición del Protestantismo y el Calvinismo que llevó a la
Cisma de la iglesia. La Reforma constituye una de las raíces de la idea de
libertad y autonomía humana, pero al mismo tiempo no deja de subrayar la maldad
de la naturaleza humana, de la insignificancia del individuo y la necesidad de
subordinarse a un poder exterior al mismo.
El,
Cristo vino a la tierra con un mensaje para la humanidad” amor, libertad y
paz”, pero este mensaje no estaba destinado a los hombres débiles. La iglesia
que dejo él como su sucesor tenia el poder de imponer sus reglas para someter a
los hombres. Los individuos no soportan el peso de su libertad ya que no son
capaces de distinguir entre el bien y el mal. Mientras los hombres fuertes que
se han unido al mal, son los únicos capaces de garantizar el pan, la tranquilidad
y la promesa de alcanzar el Paraíso.
En el relato queda reflejado la existencia de dos grupos: por un lado
los cleros y por otro lado los esclavos representados por la gente débil. A
esta gente que por su debilidad hay que educarlos para que de este modo llegan
a ser felices. El inquisidor establece que el mensaje ofrecido por Cristo sobre
la libertad no puede ser asumido por los
hombres por su debilidad y no los considera lo suficientemente capaces para
asumirlo.
Esto hace ver que estos
hombres débiles tienen que obedecer al clero y la iglesia en nombre de Cristo,
cuando esto es falso. Ya que el clero actúa en nombre del anticristo desde el
momento que han admitido al poder político y actúan bajo los ordenes del Papa. Al predicar la libertad no se da cuenta de su
lado negativo: la carga que supone al hombre, y al mismo tiempo la carga que
ella impone a los hombres. Por lo tanto el don de Jesucristo de prometer la
libertad aparece como una algo irreal.
La religión y la moral
aparecen como dos realidades incompatibles entre si, por un lado, aparece
Jesús que representa a la religión pura, y al otro lado esta El gran
inquisidor que representa la moralidad con la cual se pretende dominar a los
débiles y a los desamparados.
El inquisidor afirma que el hombre busca la
sumisión y a quien tiene que inclinarse, a quien confiar su conciencia ya que
el” yo” del individuo no es capaz de vivir aislado de los demás.Pero esto es
incompatible con las tres tentaciones que rechazó Cristo cuando fue
inducido por el diablo: el transformar las piedras en panes para que la
humanidad se postrase ante él, el tirarse para demostrarse a sí mismo que era
el hijo de Dios y por último el aceptar los reinos de la tierra para así obtener
el poder político, poder político que proporcionaría a la humanidad la tan
ansiada unidad.
El gran
inquisidor no tiene fe en la humanidad, para él la humanidad es incapaz de
sobrevivir y ser feliz con libertad. Según él, el bienestar material es incompatible con la
libertad.